Los principales riesgos que surgen durante la transformación y manipulación del producto (en nuestro caso el aluminio) que se realiza en el taller son:
- Tropiezos con herramientas o materiales situados en zonas de paso.
- Golpes contra objetos fijos.
- Caída de las herramientas cuando se están utilizando.
- Caída del material durante el transporte.
- Proyección de chatarra a la cara, los ojos, las extremidades superiores, etc.
- Pisar herramientas o materiales situados en las zonas de paso.
- Golpes con herramientas en las manos cuando se están utilizando.
- Golpes y cortes con maquinaria en las manos y los pies.
- Quedar atrapado entre perfiles de aluminio, acero, etc., al caer material de una estantería.
- Esfuerzos diversos por cargar exceso de peso o por adoptar malas posturas de manera continuada y repetitiva.
- Contactos eléctricos indirectos por un aislamiento defectuoso.
- Ingestión de sustancias nocivas por falta de higiene, ocasionalmente por manos sucias.
- Contacto con productos de limpieza de las máquinas que sean abrasivos.
- Ruido provocado por herramientas de corte y soldadura en el taller.
El encargado es el máximo responsable del orden y la limpieza en el taller. Esto es fundamental a la hora de prevenir accidentes, desde la mesa de trabajo hasta el suelo, todo debe estar limpio y recogido para evitar tropiezos y caídas.
Además la maquinaria debe llevar puesta la protección de seguridad siempre que no se esté utilizando. Y por supuesto, cada uno de los operarios llevará las prendas de trabajo y elementos de seguridad como guantes o gafas para garantizar sus mínimos riesgos laborales.